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Historia y Cultura

Camino Lebaniego

Desde la Edad Media, los “crucenos” o “cruceros”, peregrinos que querían llegar hasta la Cruz custodiada en Santo Toribio de Liébana.

Peregrinaban por el Camino Lebaniego hasta llegar al Monasterio también para adorar los restos del Santo Toribio de Astorga. A la Cruz y a los restos del Santo se le atribuían propiedades curativas y milagrosas.

Cantabria es la única región del mundo cristiano que cuenta con DOS CAMINOS DE PEREGRINACIÓN jubilares Patrimonio de la Humanidad.

Toda reliquia o vestigio religioso vinculado a un lugar santo de relevancia en el mundo cristiano está ligado a un Camino de peregrinación. Y, en esto, Cantabria ocupa un lugar destacado por su peculiaridad: Cantabria es la única región del mundo cristiano que cuenta con DOS CAMINOS DE PEREGRINACIÓN jubilares Patrimonio de la Humanidad.

Por un lado, por Cantabria transcurre la parte del Camino de Santiago que se conoce como Camino de la Costa y que va desde Ontón hasta Unquera, pasando por Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Santander, Santillana del Mar, Comillas,y San Vicente de la Barquera. Son 9 etapas que enlazan, al principio, con última del País Vasco, Portugalete-Pobeña-Ontón-Castro Urdiales y, al final, con la primera de Asturias, la etapa Unquera-Llanes.

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En estos momentos, este camino, el Camino de la Costa, está en auge por la espectacular belleza de sus paisajes. Junto al Camino Primitivo, que va desde Oviedo a Santiago de Compostela, pasando por Lugo, este Camino, el del Norte, que se inicia en Irún, podría ser considerado el primer camino que utilizaran los peregrinos para llegar hasta la tumba del Apóstol, la más antigua de las rutas de peregrinación jacobeas.

Por otro lado, Cantabria cuenta con su propio Camino de Peregrinación con destino a Santo Toribio, el Camino Lebaniego, que se separa del Camino del Norte, en Muñorrodero, a 12 km. de San Vicente de la Barquera, y llega hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Desde la Edad Media está registrada la afluencia de peregrinos a este cenobio, donde descansaban los restos del Santo, al que se le otorgaban propiedades curativas y milagrosas. Allí se acudía, igualmente a adorar el Lignum Crucis, por eso a los peregrinos del Camino Lebaniego se les conocía como “crucenos”, "Peregrinos de la Cruz”, los que llegaban a adorar a la Cruz. En el oficio religioso se les acoge todavía hoy con estos versos cantados:

“Peregrinos de la Cruz
ya en la Puerta del Perdón,
Venimos con alegría
al encuentro del Señor”

El Camino Lebaniego junto con la Ruta Vadiniense hacían de pasarela entre el Camino del Norte y el Camino Francés, en Mansilla de la Mulas, para llegar a Santiago de Compostela. Históricamente tenía mucho sentido que los peregrinos que llegarán hasta Santo Toribio continuarán Camino hasta el lugar de descanso del Apóstol.

Ambos caminos de peregrinación, el Camino del Norte y el Camino Lebaniego, han sido declarados en el año 2015 Patrimonio de la Humanidad Unesco.

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