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Los tesoros escondidos en los alrededores del Camino Lebaniego

domingo 12 marzo 2023

La experiencia del Camino Lebaniego ofrece al peregrino un espacio donde respirar aire puro, sentir paz y conexión con la naturaleza, ensimismarse con los paisajes y la cultura del territorio que pisa y descubrir lugares únicos. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto los especiales rincones que se esconden tras los límites de este fascinante camino.

Para visitar algunos de estos lugares hay que desviarse algunos kilómetros en algunos casos y, dependiendo de su localización, alcanzarlos exigen mayor esfuerzo físico. Si deseas visitar estos lugares durante tu andadura por el Camino Lebaniego, es indispensable dividir adecuadamente las etapas en función de las excursiones que se quieran añadir.

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CUEVA DE CHUFÍN

A una distancia de poco más de una hora desde Cades, final de la primera etapa del Camino Lebaniego, encontramos la cueva del Moro Chufín, situada en un paraje de singular belleza del valle del río Nansa, en la localidad de Riclones.

Este sitio, llamado también cueva del Moro Chufín, dio lugar a leyendas de las que se cuenta que en esta cueva un moro había enterrado un tesoro, lo que provocó que personas realizaran agujeros en su interior para encontrarlo.

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Foto: Turismo de Cantabria

En su gran vestíbulo existen grabados sobre la roca realizados por los moradores prehistóricos mediante la técnica de abrasión, destacando figuras animales como ciervas, un bisonte y algún posible pez, entre otros signos. Este espacio ha presenciado a lo largo de la historia diferentes ocupaciones humanas desde hace 15.500 años a.C. En el interior, también se observan diferentes grabados muy llamativos y además se puede encontrar un lago artificial como consecuencia del embalse.

CUEVA DEL SOPLAO

Si partimos desde la Cueva de Chufín, a menos de 5km en dirección oeste llegaremos al lugar donde se encuentra una de las cuevas más impresionantes de España, El Soplao.

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Foto: Fundación Camino Lebaniego

Esta cavidad fue descubierta a principios del siglo XX a consecuencia de la explotación de las minas de La Florida y es considerada una de las grandes maravillas de la geología, ya que en su interior se encuentra todo un paraíso de la espeleología, donde destacan las formaciones excéntricas, estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, etc.

Además de su alto valor geológico, la cueva y su entorno aguarda un extraordinario patrimonio arqueológico industrial minero, cuyas galerías se prolongan a lo largo de más de 20 km.

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Foto: Fundación Camino Lebaniego

MIRADOR DE SANTA CATALINA

El Camino Lebaniego lleva sus pasos hasta Cicera, pero justo antes de entrar en el pueblo, existe una senda que conduce al mirador de Santa Catalina, uno de los más espectaculares de la comarca. Lo interesante de llegar hasta este lugar es atravesando el Monte Hozarco o Jozarcu, una corta pero bonita excursión salpicada por interesantes figuras que recrean la mitología cántabra y nos cuentan sus historias a medida que ascendemos hasta el famoso mirador.

Una vez llegados, el silencio se hace eco ante imponente estampa panorámica: el Desfiladero de la Hermida, marcado por el serpenteante trazado que surca el río Deva, los Picos de Europa como telón de fondo y la propia naturaleza siendo protagonista de un escenario perfecto para una escapada en busca de la tranquilidad.

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Foto: Fundación Camino Lebaniego

Al lado de este mirador se pueden encontrar los restos de una fortaleza, llamada la Bolera de los Moros. Recibe este nombre de acuerdo a la leyenda que cuenta que aquí jugaban con bolos y bolas de oro. Sin embargo, su datación se remonta al siglo VIII, cuando Alfonso III buscaba asentar el pequeño territorio cristiano al que se había reducido el reino astur, tras la conquista musulmana de la Península Ibérica.

CORRAL DE LOS MOROS

Continúa la ruta hasta llegar a Pendes, donde habita el magnífico castañar de El Habario, donde cientos de castaños milenarios forman un mosaico paisajístico de singular belleza y supone un enclave de gran valor etnográfico y ecológico. Sin embargo, tras estos robustos ejemplares, hay una pequeña ruta de menos de 40 minutos que lleva hasta otro balcón natural del valle de Liébana, el Corral de los Moros. Aquí se encuentran vestigios de lo que fue una antigua fortaleza de la época altomedieval desde donde se aprecia todo un espectáculo visual.

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Foto: La Liébana – Javi Franco

BRAÑA DE LOS TEJOS

Este lugar considerado un santuario celta se encuentra a 1.400 metros de altitud, desde donde se divisa una excepcional panorámica de los Picos de Europa, la cordillera cantábrica y la Sierra de las Cuerres.

La Braña de los Tejos, llamado Machu Picchu cántabro por algunos, es un emblemático enclave en el que varios tejos milenarios son testigos de años de historia y guardan un importante valor en la cultura cántabra. El tejo es el árbol sagrado de los cántabros y, según cuenta la leyenda, los guerreros cántabros utilizaban las venenosas hojas de esta especie para quitarse la vida antes de ser capturados por el ejército romano.

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Foto: Fundación Camino Lebaniego

Para llegar a la Braña de los Tejos, la ruta más sencilla es desde San Pedro de Bedoya, pero para disfrutar de mejores vistas se puede acceder desde Lebeña, aunque esta vía es más exigente físicamente debido al fuerte desnivel.

RUTA DE LAS ERMITAS

Hemos alcanzado la meta final del Camino Lebaniego en el monasterio de Santo Toribio de Liébana y obtenido la ansiada Lebaniega, documento que acredita tu peregrinación en este camino. Pero, ¿y ahora? Para aquellos imparables viajeros que desean seguir conociendo el terreno natural sobre el que se asienta el sagrado lugar, existe una bonita ruta que parte desde aquí.

La ruta de las ermitas se encuentra en los alrededores del monasterio de Santo Toribio de Liébana. Varias capillas se dispersan entre la vegetación del entorno, habiendo sido antaño lugares de retiro de los monjes durante sus penitencias. Estos eremitorios se encuentran un un radio de menos de 2km desde el monasterio y su acceso es fácil, aunque en algunos tramos hay desniveles que exigen mayor esfuerzo físico.

ermita Foto: Fundación Camino Lebaniego

Las principales son las de Cueva Santa, Nuestra Señora de los Ángeles, La Magdalena, San Pedro, San Miguel, Santa Catalina y San Juan de la Casería. Las vistas desde estas pequeñas ermitas son un deleite para los amantes de la naturaleza y la fotografía. Para conocer más sobre esta ruta, visita nuestro blog donde dedicamos un post al respecto:

https://www.caminolebaniego.com/blog/ruta-de-las-ermitas

Artículo: Fundación Camino Lebaniego - Sandra Jiménez

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